Anuncios en Telegram

La reciente entrada en vigor de la Ley de Garantía de la Libertad Sexual ha provocado cambios significativos en cómo las trabajadoras sexuales anuncian sus servicios en España. Ante la prohibición de la publicidad explícita, muchas han recurrido a plataformas digitales y terminología alternativa para continuar con su actividad.

Telegram: el nuevo escaparate digital

La aplicación de mensajería instantánea Telegram se ha convertido en un espacio clave para la comunidad. Numerosos grupos y canales han surgido, donde las trabajadoras comparten experiencias, buscan clientes y ofrecen sus servicios de forma más discreta.

«Sin publicidad no podemos trabajar», afirma Susana, presidenta de ASTRAS, reflejando el sentir general del sector. La pérdida de visibilidad en plataformas tradicionales ha llevado a una reinvención forzosa de sus métodos promocionales.

Adaptación del lenguaje y presentación

Para cumplir con la nueva normativa, las trabajadoras han modificado su forma de anunciarse:

  • Uso de términos como «amigas», «masajistas» o «escorts»
  • Evitar fotografías sugerentes en sitios web públicos
  • Omisión de detalles sobre servicios específicos y tarifas

Esta adaptación no está exenta de desafíos. Algunas trabajadoras reportan confusión entre los clientes y una disminución en la demanda de servicios.

Debate sobre efectividad y consecuencias

La comunidad de trabajadoras sexuales cuestiona la efectividad de la nueva ley para abordar problemas como la trata de personas. Argumentan que la migración a plataformas menos reguladas podría dificultar la detección de casos de explotación.

Además, señalan una aparente inconsistencia en la aplicación de la norma. «¿Por qué no prohíben OnlyFans o Instagram?», cuestiona una trabajadora, destacando la percepción de un trato desigual entre diferentes plataformas.

Perspectivas futuras

El sector se encuentra en un momento de transición, buscando el equilibrio entre el cumplimiento legal y la necesidad de visibilidad para su trabajo. Mientras tanto, el debate sobre la regulación del trabajo sexual en España continúa, con voces que abogan por un enfoque más integral que contemple las realidades y necesidades de quienes ejercen esta actividad.

La situación actual plantea interrogantes sobre el futuro de la industria y cómo evolucionarán las estrategias de promoción en un entorno legal cambiante.